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En los países de habla hispana de nuestro continente se ha establecido ya por muchos años la tradición de celebrar los 15 años de las mujeres con una gran fiesta que se constituye un evento familiar y social en el que algunas veces las familias incurren en gastos suntuosos, con dificultades y sacrificios para pagarlos pero con la certeza de que la inversión será retribuida con la felicidad de la agasajada y con el poder mostrar a sus allegados un nivel de status y prosperidad que les garantice el respeto y reconocimiento dentro de la sociedad.
La fiesta programada para la apertura del Allianz Field me recordó mucho un evento de esas características por todo lo que ha significado, no sólo para los aficionados al fútbol, sino para la sociedad de Minnesota en general. El orgullo de estrenar una nueva casa, con lo mejor de la tecnología, preciosamente diseñada y con todas las comodidades de las que puede gozar un escenario deportivo moderno y de además poder mostrarlo con vanidad al mundo, se puede comparar en alguna forma con el orgullo de los padres al poder festejar con toda rimbombancia esa fecha especial del cumpleaños 15 de su hija. Habitualmente se consiguen los mejores platos para alimentar a los invitados, de acuerdo a las capacidades económicas se contratan músicos para entretener la reunión y no se escatima en gastos para mandar a hacer el mejor vestido.
Después de más de dos años de trabajo el sábado 13 de abril estuvo todo listo para esa gran fiesta. Para que Minnesota pudiera presentar en Sociedad a su quinceañera. El recinto magníficamente adornado, las comidas bien preparadas, el entusiasmo de la gente a su punto máximo y con el logro adicional de haber logrado una cancha, si no bien perfecta, muy presentable teniendo en cuenta las adversidades que el clima en Minnesota pone como obstáculo.
Infortunadamente, para seguir con esta analogía que estoy haciendo, el vestido de la quinceañera no estuvo a la altura de todo lo demás. El entrenador Adrian Heath había dicho a los medios la semana pasada que de nada serviría la campaña tan buena y la gran preparación para la inauguración del estadio si no la complementabamos con una victoria.
Las mejorías vistas hasta ahora en comparación con el año pasado siguen siendo evidentes pero la primera presentación en casa dejó en claro que todavía no tenemos un equipo dominante, que pueda dictar el tiempo de juego y arrollar a sus rivales jugando en su casa y con el apoyo de sus espectadores. No tuvimos vestido para la fiesta.
Enfrentamos a un equipo que viene en picada, sin haber logrado una sola victoria en lo que va del año y que no tiene hoy en día grandísimas figuras que sean desequilibrantes en la liga después de la partida de David Villa. Y aún así no fuimos capaces de sacar ventaja del dominio visto en los minutos iniciales ni el apoyo del público y al final tuvimos que contentar con un lánguido empate que, aunque suma un punto más en la tabla, no es suficiente para albergar esperanzas de qué el Allianz Field se convierta en el nido inexpugnable de Los Loons. Al contrario, jugando así se podría eventualmente perder los puntos que con tanto esfuerzo hemos conseguido por fuera.
Algunos lunares, eso sí muy pequeños, en lo que fue la fiesta en sí. Como ya mencioné, la cancha no estaba en un ciento por ciento de condiciones ya que sobre todo en el costado oriental se podían apreciar unos parches en donde se nota que se ha tenido que hacer trabajo especial para que crezca el pasto. Sin embargo hay que aplaudir la labor de los cuidadores del terreno después de uno de los inviernos con más nieve en la historia del estado. El otro aspecto es el precio de las comidas, que es desproporcionado y que en mi opinión no va a permitir que muchas familias adopten como costumbre acompañar a Los Loons en todos sus encuentros sino que más bien hagan de la visita al Allianz Field un evento infrecuente reservado sólo para ocasiones especiales.
Pero ya entrando en lo que fue el partido hay que decir que nuestros jugadores no les faltaron las ganas de agradar y desde el momento se notó que la intención si era la de obtener una victoria inobjetable. Prueba de ello es que a los tres minutos ya se había producido en la primera oportunidad para marcar el gol inaugural en este estadio cuando Darwin Quintero roba una pelota y le envía un centro preciso a Angelo Rodríguez quien cabecea por encima.
Solamente tres minutos después se produce una acción que pudo haber cambiado el destino del partido cuando Osvaldo Alonso comete una falta aparatosa e innecesaria en mitad del campo y ve una amarilla que lo tendría condicionado por el resto del partido. Afortunadamente el experimentado volante se supo cuidar y evitar una nueva amonestación que nos pudo haber dejado con 10 jugadores.
En 11 minutos aparece una nueva clara oportunidad cuando en un cobro de tiro de esquina Francisco Calvo cabecea por encima del travesaño. Se venía venir ese primer gol que tanto esperaban todos los aficionados al fútbol en Minnesota.
Ocurre en el minuto 12. Una buena jugada entre Metanire Y Finlay termina con un centro del Minnesotano que va hacia Angelo Rodríguez pero la defensa de neoyorquina rechaza. El rebote queda bailando cerca el punto penalty y Osvaldo Alonso emlam una volea con muchísima potencia que no da tiempo a reaccionar al arquero Johnson. Explota de alegría al estadio, la gente abraza y celebra con la cereza en el pastel para la fiesta que se había preparado.
Pero la alegría no dura mucho. Minnesota pudo aumentar la cuenta en la siguiente jugada cuando otra vez Darwin Quintero robó la pelota y avanza rápidamente hacia el arco contrario pero es desarmado por la defensa antes de llegar al área. Y en la segunda jugada después del gol Nueva York encuentra a Castellanos que traza una diagonal y sin marca llega frente a Vito para cruzarsela el segundo palo lejos de su alcance. No pasan ni dos minutos y ya Nueva York se pone en ventaja. Otra jugada en donde nuestra defensa parece no encontrar la marca de los jugadores rivales y el balón le quedaste a Tajouri-Shadri quien patea y cuenta con suerte, cuando después del bloqueo de Alonso, el rebote le cae nuevamente en sus pies para desde muy corta distancia vencer otra vez a Mannone.
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20 minutos nada más de fútbol oficial en el Allianz Field y ya el público pudo disfrutar el cuarto gol.Un rapidísimo empate que, vuelvo a decirlo, demostró que si Minnesota no ganó el partido no fue por falta de ganas, ocurre cuando una llegada de Ethan Findlay encuentra solo a Angelo Rodríguez quien logra conectar a pesar de qué tuvo que hacerlo en medio de la veloz carrera que había emprendido para emparejar a su compañero. Nueva celebración y el ambiente del estadio vuelve a calentarse para llegar a otro punto alto en el minuto 32 cuando ocurre uno de esos “bloopers” que seguramente hará parte de las peores jugadas que se muestran tradicionalmente al final de año en los programas deportivos. El arquero Sean Johnson inexplicablemente se enreda al manejar una devolución de su defensa en una situación carente de peligro y con una pelota que ni siquiera iba en dirección al arco. La desvía hacia fuera con él empeine derecho cambiándole la trayectoria hacia el arco y siendo incapaz de detenerla. Una nueva alegría pero el gesto que predominó en esta ocasión fue el de las risas que se apoderaron de todo el estadio y dieron motivo a que toda la tribuna se burlara del portero en lo que restó del partido.
Antes de irnos al descanso se podo aumentar la ventaja cuando ocurre una clara falta contra Finlay en el área y el árbitro marca el penalti. Sin embargo los jugadores de Nueva York reclaman y el árbitro acude al VAR para finalmente conceder un fuera de lugar previo y así nos vamos al intermedio con una ventaja de 3 × 2.
Ya en la segunda parte, el minuto 58, Nueva York anota el que parecía ser el gol del empate cuando después de un pase largo Vito Mannone sale a cortarla y a muchos de quienes estabamos en el estadio nos dio la impresión que había devuelto el favor que no se había hecho Sean Johnson pues pasó de largo sin hacer contacto con la pelota dejandola libre a su espalda para que Maxi Moralez sólo tuviera que empujarla al fondo de la red. Consultado nuevamente el VAR se reveló que el jugador de Nueva York había desviado la trayectoria del balón con su mano provocando así la falla de nuestro arquero y de esta manera al tanto fue anulado.
Al minuto 60 el técnico Heath decide dar paso a Schuller para reemplazar a Romario Ibarra quien a decir verdad tuvo poca participación en el partido. El cambio parecía claramente apuntar hacia conservar la victoria que hasta ese momento se tenía porque ya se podía ver que NUeva York quería el empate Y efectivamente sucedió a las 63 minutos cuando un tiro libre de costado encuentra a Francisco Calvo parado frente al portero y al fallar en el despeje logra descolocar á su arquero para que la bola vaya al arco.
A los 69 una amenaza de contragolpe es detenida por Francisco Calvo con una barrida que le cuesta tarjeta amarilla.
A los 78 El entrenador da entrada a Abu Danladi quien ha sido figura en los últimos juegos y saca a la estrella de Minnesota, Darwin Quintero. Demuestra así que sin importar el nombre, los jugadores que estén en el campo de juego tienen que ganarse ese privilegio con su actuación.
Durante los últimos 10 minutos del partido Minnesota tuvo tres claras oportunidades de anotar con Gregus, Schuller y Calvo quienes desviaron remates que podrían haber dado el triunfo a Lo Loons.
Un lamentable choque entre Castellanos de Nueva York y nuestro defensa Ike Opara terminó con la salida de ambos jugadores, el nuestro con la cara ensangrentada, y le dio entrada en los últimos minutos a Kallman.
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Minnesota intentó pero no pudo. No se vieron ideas claras aunque si la intención de ir al ataque. Para cerrar el partido, luego de una clara proyección adelante de Metanire, Nueva York roba el balón y por esa misma punta, ante la falta de un jugador que cubriera la salida del lateral se produce un contragolpe que llega justo a las barbas de nuestro arquero quien con mucha calma mantiene su posición cerrando el ángulo de tiro y evitando que Minnesota terminar,á en la inauguración de su estadio, con una derrota.
Lo bueno
1) El tifo que desplegaron las barras unidas de Minnesota United (Wonderwall), que fue un bello recordatorio de que la historia de fútbol en Minnesota no comenzó hace dos años con la entrada la MLS ni en el 13 de abril de 2019 con la inauguración del estadio sino que es el fruto de años de esfuerzos de otras franquicias que han llevado el nombre del estado y que son los cimientos sobre los que se construye ahora este sueño que estamos todos viviendo.
2) La actitud de los jugadores. El juego debió ganarse y ellos lo sabían. Durante todo el partido se vio que esto lo tenían claro. En mi opinión si no se logra es porque todavía no tenemos el equipo que merece este nuevo estadio y esta afición. Sin embargo estamos mucho mejor y en mi opinión no hacen falta más que dos o tres refuerzos en posiciones en donde estamos cortos. No es este el momento de dar esa discusión y sin importar quienes lleguen o quienes se vayan hay que reconocer que todos los jugadores que han actuado en el equipo este año se les ha visto el mejor deseo de aportar.
3) La presión alta que se vio sobre todo en la primera media hora de juego. En especial Rodriguez y Quintero estuvieron muy atentos a no permitir a los defensas salir jugando y muchas de las oportunidades que crearon se produjeron a partir de recuperación de pelota producto esa presión. Lo único malo es que ese es un estilo de juego que no puede mantenerse por 90 minutos y Minnesota United va a tener que trabajar más en otras opciones para dar descanso a los jugadores que se encargarán de esa función. Por ejemplo la posesión de la pelota, sobre todo cuando vamos ganando, para obligar a que el rival sea el que tenga que hacer el desgaste.
4) De los tres jugadores de origen Minnesota no que hay en la plantilla, dos tuvieron la oportunidad de pisar el campo de juego el día de la inauguración del estadio. Como he repetido en oportunidades anteriores esto también es un factor importante para que se siga creando arraigo y apego con el equipo.
Lo malo
1) El empate. Es malo por las circunstancias ya que el estreno del estadio necesitaba de tres puntos y quedó incompleto cuando no se cantó Wonderwall al final del encuentro más aún cuando el equipo al que enfrentamos es, de acuerdo a la tabla de posiciones, inferior al nuestro. Ganar este partido era el vestido espectacular de quinceañera que hubiera completado la fiesta.
2) Los tres goles recibidos. Completamos ya 11 en seis partidos, es decir que si seguimos a este ritmo, al finalizar la temporada regular habriamos encajado 62 goles que, si bien es mucho mejor que 71, hace muy difícil que se pueda clasificar a playoffs porque estaríamos hablando de necesitar casi 100 goles para lograrlo y es muy posible que eso no sea una cifra que nuestro equipo puede alcanzar. Esto dice además que aunque el equipo se ve mucho mejor parado en el campo de juego y los errores que se cometen no son tan evidentes como los de años atrás, estadisticamente el desempeño no ha cambiado tanto.
La figura
Tuvieron buenas actuaciones Metanire, Finley, Rodriguez y Alonso y cualquiera de ellos podría obtener la distinción. Pero si hacemos una reflexión cualquiera de los cuatro podrá tener 30 oportunidades más durante la temporada de ser nombrado como figura en Minnesota United. De esta manera la designación como figura del partido para el juego inaugural va para Sean Johnson quien le dio a Minnesota el primer punto en la historia de su nuevo estadio y quien no va a poder recibir de mi parte esa distinción nuevamente porque jugó ese partido para el equipo contrario.
La pregunta
Cual es la pieza clave que hace falta para Minnesota United? Será un volante que baje a iniciar el juego desde atrás y permita a Jan Gregus jugar un poco más adelantado sin tanta responsiblidad en marca?